39 de los 41 votantes que ejercieron su derecho en la asamblea del PSA de Chiclana votaron ayer abandonar el pacto de gobierno con IU, PP y PA en Chiclana, formalizado hace algo más de un año para desalojar a José María Román y al PSOE del poder municipal. No me he equivocado en absoluto. Pero 39 de 41 ¿son pocos? No, los suficientes para tomar una decisión vital para el futuro de Chiclana. ¿Tiene precio esta ruptura? Los más osados creen que sí, uno negro sobre blanco (el posible acuerdo) y otro supuestamente verbal (una política de puertas abiertas para 'colocar' a más de uno y una), y los más atrevidos creen ver en la sombra una negociación de alto voltaje político entre Pedro Pacheco y Francisco González Cabaña, cuya buena relación personal y política nunca se ha roto. Y que la clave está en 2011 y en tres letras. Pero, ¿cabe alguna sorpresa? Puede, por ejemplo que Polanco se quede en la oposición, pida su reingreso en el Ayuntamiento de Jerez donde es funcionaria en excedencia y que, en un ejercicio de coherencia con sus manifestaciones contrarias a pactar con el PSOE, se quede como verdadero árbitro de la cosa en el consistorio, y dará igual que gobiernen los socialistas con Nadine Fernández, la tránsfuga de IU adoptada por la coalición ahora como referente, o con el PSOE sin o con Román. Si quiere, Román tiene la sartén por el mango y lo puede bloquear todo o, por ejemplo, garantizar los recursos humanos y técnicos a los grupos para el ejercicio de su labor. Polanco puede convertirse en el comodín de oro. De otra forma, la formidable maquinaria del PSOE la abducirá o ella se dejará llevar, que todo puede ser.
Pero a nadie se le ha pasado por la cabeza que José Pedro Butrón y José Antonio Blanco se pongan a disposición de IU, acaten la disciplina pero exigiendo que Román no sea alcalde y que constituyan un gobierno de izquierdas en Chiclana. Yo creo que eso es muy difícil. Pero el coste que para IU va a tener la decisión de 'maltratar´políticamente a sus ediles por una decisión inspirada en las directrices de IU, va a ser muy duro. Butrón saldrá a la calle con la cabeza muy alta, podrá reorganizar a sus compañeros y ya tiene experiencia de gobierno e información más que suficiente para complicar la existencia de PSOE, Nadine y PSA. Eso sin contar con el delicado proceso interno de renovación de IU, que va a estar muy animado. O que aparezca una nueva formación política que abogue por las manos limpias en la ciudad. Pero no adelantemos acontecimientos, aunque al menos, si Román vuelve al poder, se sabrá nítidamente que la responsable es María de los Ángeles Polanco: la nueva heroína de los partidarios de Román. Pero como el fútbol: así es la política. Hoy, a las 12,30, el alcalde de Chiclana, Ernesto Marín, ha convocado una rueda de prensa para explicar lo que pasará ahora y su posición ante la decisión adoptada por Polanco, que más vale que se compre un paraguas porque le van a llover chuzos de punta. Y no precisamente desde IU. No.