Hoy nos hemos encontrado con ella, ha intercambiado unas palabras cariñosas con nosotros, y sé que ella es uno de esos ángeles que se cruzan en tu vida, estoy convencido que sus palabras son las culpables de que yo ahora sea un poco más feliz con lo que hago a veces, cuando me llaman. Desde el fondo de mi alma deseo que todo te vaya bien, que no desfallezcas y mantengas esa sonrisa, esa fuerza. ¿Pequeña? Ni de coña. Grande, muy grande. No pierdas nunca el rumbo.
Y te doy las gracias porque nos parecemos, es la ilusión la que nos mantiene siempre arriba, con el corazón abierto y la mente en forma, ligeros de equipaje para la aventura. Hoy, al verte en el cine, tan valiente al hablar de tus inquietudes y sufrimientos, hemos deseado haberte conocido antes pero nunca es tarde para andar juntos. A vosotros, a los dos, os deseamos lo mejor, aquí estamos, dispuestos a complicarnos la vida siempre por lo que merezca la pena.
Un saludo cariñoso y que Dios te bendiga, de verdad. Gracias. He escogido una canción, de Amaia Montero, sobre su historia con La Oreja de Van Gogh. Me gusta mucho, la hemos escuchado tras salir del cine, muertos de risa tras ver "Bienvenidos al norte", que os recomiendo ver cuando tengas un hueco. Cuídate mucho, por favor.