11 feb 2009

Mi 23 F




Mi 23 F fue tan intenso que el recuerdo de aquella noche no se borrará nunca.  Estaba de guardia en el Centro de Instrucción de Reclutamiento Número 1, en Colmenar Viejo, con un oficial tan atónito y preocupado como yo y el retén libre -yo era cabo primero- encargado de ir escuchando la radio, ver la tele y contarme paso a paso lo que estaba ocurriendo. Esa noche algunos quisieron entrar en el acuartelamiento, sede operativa de los GOES (Grupos de Operaciones Especiales), al mando del coronel Eduardo Gómez Acebo-Rodil. Pero no pudieron acceder, estaba prohibido. Y eso fue responsabilidad mia en la guardia. Era época de incorporación de reclutas y las noticias que dejaban en el exterior aquella tarde eran negras, de involución. Más de uno me pidió volver "afuera", darles por no presentados, y traté de convencerles de que como allí no iban a estar en ningún sitio "dadas las circunstancias". No sé que fue peor...
De noche, desde las garitas me llegaban reportes de los soldados de guardia, asustados, creían ver sombras amenazantes, todos estábamos muy estresados. Yo pegado al transistor, escuchando la SER. Y no podíamos llamar a la familia, las comunicaciones telefónicas quedaron prohibidas. 
Eran años duros, de joven democracia y yo sabía que el capitán Colmenar, de la 15 Compañía, donde pasé mis primeros meses, conocía perfectamente que ese menudo soldado de Jeré era de izquierdas, que había pasado por Juventudes Comunistas, que era un 'rojo', directamente. Igual que otro capitán, al mando de la unidad de la Policía Militar: Blas Piñar. No pasó nada, excepto que mi reciente trayectoria política me valió para comprender que lo que estaba pasando era tan grave que si el golpe triunfaba nada sería igual para nadie. No perdía detalle de nada, era una noche histórica. Hubiera dado tanto por estar fuera contándolo. Antes de incorporarme al servicio obligatorio había colaborado en Radio Jerez, en musicales e informativos.
Por la mañana, en el Circuito Cerrado de Televisión (CCTV),  el departamento al que me destinaron dentro de la Unidad de Servicios, pude ver las imágenes de lo sucedido con más detenimiento, con gran consternación. Habíamos grabado todo en los magnetoscopios. Y me bajé a comprar los periódicos, me hice con un ejemplar de todo lo que encontré, era pura historia. Diario 16 fue ejemplar y me enorgullezco de haber trabajado luego en ese periódico en Andalucía. Aquel 23 F sacaron cinco ediciones, apostaron, como siempre lo hicimos, por la democracia. Conservo algunos ejemplares con portadas incendiarias, imprescindibles.
Por la mañana, al salir de la guardia, me fui a la fonoteca (un CIR moderno ¿no?) para escuchar algunas canciones que me liberaran de la inquietud: The Cure (Boys don't cry), Air Supply (Lost in love), Reo Speedwagon (Keep on loving y0u) y otras más que puedes recuperar en este enlace de Billboard. Me encerré en el dormitorio, eché una cabezada larga para liberar la mente. Diecisiete horas de tensiones, órdenes y contraórdenes, de angustia y de espera, de agobios y de pensamientos entregados a los mios.