Todo el mundo quiere cobrar, las mensualidades no se pueden retrasar. Y los ayuntamientos están a dos velas porque la clase política carece de reaños para abordar el problema de la financiación local y algunos, como el de Jerez, arrastran deudas de gestores que deben pasar al lugar más lúgubre de la historia local. Dicho esto ¿se han fijado que los más perjudicados por la brutal huelga de autobuses de Jerez son los más desfavorecidos? La huelga machaca a las economías menos pudientes, a los más pobres y responsables y eso le importa un pito a los sindicatos, la verdad: es lo que parece. Y encima afecta de lleno a las festividades de estas fechas, donde muchas personas acuden en autobús al cementerio a honrar a sus difuntos. Uno siente pena por todo esto. La verdad, pero es lo que hay. (Más info en DJ)