4 abr 2010

A ella



Hoy escribo frente a ella, ojalá supiera ya tocar la guitarra como Coque Malla, para poder dejar el teclado y cantarle esta canción, tan mía, en este sótano donde pasa el tiempo a su bola. Son momentos de cambios, estos días me han hecho tomar decisiones, algunas importantes, otras aún más, otras vitales para la supervivencia de mi corazón, del alma jodida, ya las iréis conociendo. O no, que no tenéis que saber tanto, coño. Vosotros apenas me contáis nada. Y ya es hora.
Acabo de ver en Canal Sur un reportaje sobre los 30 años que lleva Antonio Banderas en esto del negocio del espectáculo y me maravilla lo claro que lo tiene este chaval de Málaga, al que ya profesaba un gran cariño pero que ahora, con lo que le he escuchado hoy ya puede contar conmigo para lo que quiera.
Aunque, sinceramente, no creo que lea esto. Me da igual. El habla de lo difícil que es alcanzar, mantener la felicidad, pero de lo importante que es hacer las cosas siempre "con alegría". Yo trato de hacerlo, aunque tenga que soportar gentes con el diablo dentro. Pero me da igual, en serio, me importa que lo que haga a diario, que lo que diga tenga un efecto positivo en todos los posibles destinatarios de mis acciones. No albergo odio, pero prometo defenderme. No les saldrá gratis. Pero es necesario cambiar para no perderme en el abismo de la mediocridad. Por eso ya solo voy del corazón a mis asuntos (Gracias Miguel Hernández).