23 abr 2010

Luis Pizarro ¿el candidato?


Al consejero doble (Gobernación y Justicia) no le gusta un pelo que le mencionen como eventual candidato socialista a la Alcaldía de Cádiz. Luis Pizarro, pese a él, reúne demasiados requisitos como para que el presidente andaluz y secretario general del PSOE-A no pueda pensar en él como candidato. ¿Está abocado al fracaso el PSOE andaluz en su campaña de la capital gaditana? "No necesariamente", me dicen en Sevilla. Veamos. Pizarro conoce al dedillo la realidad política gaditana y capitalina, y desde su atalaya como presidente del Consorcio del Bicentenario y ahora en Las Aletas, puede disponer de una excelente plataforma de promoción personal y política. Nadie negará, tampoco, que Pizarro sabe cómo ganar elecciones. Es lo que ha hecho convocatoria tras convocatoria.

Eso por un lado, pero por el otro sería un perfecto secretario general provincial, dado que es en Cádiz donde su gente, su 'familia' tiene mayores intereses, la verdad. Porque nadie duda de que el mantenimiento de tres cargos simultáneos por Paco Cabaña -presidente de la Diputación, secretario general provincial y alcalde de Benalup- tiene fecha de caducidad. Personalmente creo que será el segundo cargo el que abandone en breve para ocupar otras responsabilidades, pero dicen que en Sevilla quieren que deje los dos primeros, como paso a una renovación que es imparable, hagan lo que hagan los del sillón de sus entretelas. La transición orgánica de Paco a Luis no entraña problemas. A ver quien se opone...

Griñán cree, dicen en Sevilla, que darse por vencidos en Cádiz capital no es una actitud propia de un socialista. Si hay que sacrificar a alguien se hace, porque derrotar a Teófila Martínez sería una efemérides que daría la vuelta a España, un rejón de muerte al PP andaluz, donde la alcaldesa-diputada podría jugar un rol importante de fracasar Arenas en su último intento de gobernar la Junta. No obstante puede que el propio Pizarro opte por dar un paso al lado, facilitar la renovación y alejarse del oropel sevillano y cambiarlo por el Palacio Rosa. Se lo preguntaré a mi apreciada Elena la próxima vez que la vea. Las mujeres siempre saben más. Además, de fracasar contra Teófila, y mantenerse la Diputación bajo el puño y la rosa no es difìcil adivinar que Luis sería el perfecto presidente de la institución provincial.