La clase política está nerviosa, no me parece mal que sufran como el resto de los mortales que no nos resignamos a ser estadísticas. A mí me duele lo que pasa en Jerez, que es mi pueblo natal, donde he vivido casi toda mi vida. Es urgente dar la cara cuanto antes. Estamos ante una situación de emergencia nacional y es necesario aplicar la sensatez, el talante, la comprensión, antes que crispar innecesariamente el ambiente. Es curioso que una de las pocas ciudades que avanza en la provincia haya dejado que se proyecte de ella una imagen tan negativa en los últimos meses. Qué lamentable ha sido todo. Por eso toca mojarse y actuar en serio.
Comprendo que los políticos tienen sus tiempos, pero me urge saber cómo van a asegurar que Jerez no termina siendo una de las ciudades más perjudicadas por la crisis. Ni una sola crítica más y medidas solidarias es lo que necesitamos ahora mismo, lo demás sobra. Pero, sinceramente, no veo yo al PP y al PSOE muy por la labor de pactar asuntos de nuestra ciudad-estado. Es lamentable que Pacheco y Sánchez se hayan distanciado tanto por tantas cosas -nada es irremediable- porque lo suyo sería que fuera el ex alcalde, gran y directo responsable del pifostio económico municipal, el que ayudara a desmontar la enorme tela de intereses políticos que tejió en su momento. Sería el mejor asesor en estos momentos. Nos lo debe a todos porque cuando tomaba decisiones lo hacía con nuestro dinero, ¿ein?
Todos tienen su parte de responsabilidad, pero a todos hay que preguntarles si les importa lo que le pasa a la gente. La alcaldesa ha perdido un tiempo precioso defendiéndose de la lluvia de golpes, como un boxeador en el cuadrilátero, hasta tal punto que algún momento no había golpes pero ella seguía cubriéndose con los guantes, en vez de centrarse en ganar el combate, que no es contra los suyos o el PP. No, la regidora debe seguir una hoja de ruta, sin cometer errores de bulto ni de pleitesías tontas que a nada conducen y aprender de lo que pasa a su alrededor, que nadie nace sabiendo. La batalla es contra la crisis, sin cuartel.
El grado de encanallamiento ha llegado a tal punto en Jerez que ahora cualquier brutalidad que se diga sobre ella o su círculo más cercano se da por verosímil en la calle que, como ya habrá apreciado, no siente de la misma forma en que parecemos hacer querer ver los periodistas. La economía real, lo que pasa en la calle, solo se conoce pateándola sin descanso. Insisto, tiene que dar la cara, pero no solo en el programa de la cadena SER, no.
Hoy me he enterado que un buen puñado de contratos municipales, con jugosas nóminas fruto de otros tiempos que ya sabemos, no podrán ser 'tocados' en las medidas de ajuste del Gobierno. ¿Pero cómo puede haber contratos blindados? ¿qué clase de tomadura de pelo es esta? Tengo, tenemos derecho a saber estas cosas y los nombres de quienes las permitieron. Increíble.
Llevo toda la tarde cantando esta canción, de Pink Floyd, que es un himno, un grito. Se revuelven en mi alma tantas cosas, no aguanto lo que pasa a mi alrededor y es hora de salir a pasear, a defender lo que es nuestro, a impedir que otros acaben con las ilusiones de tantos y tantas. No me pienso quedar quieto. No. Hay que dar un paso al frente.