Me dicen que los socialistas están desesperados con Zapatero. Que andan buscando un recambio. Yo que Griñán iba marcando distancias aunque Pepe, con tradición militar, sabe de estrategias en el escenario de la batalla política. Menuda tiene encima. Y no lo lleva mal. De todas formas nuestro presidente-secretario general, a los que los periodistas del anterior régimen le hacen ahora la pelota sin remilgos (sobre todo los 'exiliados' de Cai, que buscan curros a sus ligues, que hasta hace dos minutos erann fans de Chaves & Pizarro), sabe lo que se hace. No necesita consejos. La verdad.
Hoy, esta tarde, entre página y página de un especial que preparo, me detengo un rato a ver los blogs de los compañeros. Me impresiona esa foto de Morante, hecha por el artesano de la imagen Esteban Pérez Avión. ¿Cómo diablos se atrevió Mallou a prescindir de este artista?
Me parece Morante el icono del español atónito, que toma las banderillas porque está hasta los huevos de todo lo que vive y padece con esta puta clase política española. Y lo hace para cuajar una faena que otro no sabe ante el toro de la crisis.
Mis amigos de Madrid me advierten que guarde los ahorros con celo, que los reparta si puedo. Ojalá pudiera hacerlo, porque el día a día me come por dentro, de no ser por un ángel que vela como mamá pato por todo lo que se mueve alrededor suyo. La quiero mucho. He visto la foto y he buscado la canción de un español del pop, Jaime Urrutia, con Bunbury, Calamaro y Loquillo, gentes de mi tiempo.
