Existe. Hoy la he visto, bajo una pátina de presunto cristiano. Y también he visto la dignidad, de una persona menuda, justa y que me ha sorprendido. Gracias.
Lo que vengo viviendo en las últimas horas con un buen amigo es producto de la falta de diálogo, del cainismo más absurdo.
Hace un año un grupo de compañeros nos unimos para proclamar que antes que periodistas era necesario ser buenas personas. Y me reafirmo en ello. Eso vale para cualquier profesión en estos momentos.
Este fin de semana me quede extasiado ante Eduardo Punset: la ciencia de la compasión. Un día de estos quisiera hacer un programa como Redes, pero como ya existe no tengo más que recurrir a la TVE a la carta y embeberlo en este blog que me relaja todos los días de las tensiones que yo mismo creo y de las que otros, ajenos a lo efímero de esta vida, se empeñan en crear.
Recomiendo a quienes no encuentren salida para ser mejores que vean estos 27 minutos impagables, que apliquen a su vida la ciencia de la compasión. Yo lo tengo claro, aunque me cueste trabajo.
Pero hoy me reafirmo en defender lo justo. Siempre, sin miedo. Según el biólogo y monje budista Matthieu Ricard, la felicidad no es una sucesión interminable de placeres que terminan por agotamiento, sino una forma de ser.
Aquí tienes el vídeo de Redes, pica