Hoy es uno de esos días en los que das gracias a Dios por permitirte hacer lo que te gusta, una vez más. La mañana ha ido de fábula y los 25 minutos dedicados a Arturo Pareja Obregón han sido muy especiales. Actúa el 6 de agosto en el Castillo de Santa Catalina. Le he dado las gracias por haber hecho tanto por la canción popular andaluza y por sus letras, las que me acompañaron en aquellos años de Madrid, pellizcándome el corazón, haciéndome llorar por dentro y por fuera, observando aquel reloj de Atocha.
Me ha dicho hoy Arturo que esa canción himno, Sevilla, la compuso después de pasear por ella, "pero mirando al cielo, arriba". Hoy, al cruzar el puente Carranza, con el levante dejando pinceladas blancas entre las olas y las gaviotas trazando vuelos inverosímiles, filigranas de envidia, se me ha ido el santo al cielo. En un segundo he mirado a mi alrededor, el cuentakilómetros a 60, encarrilado, he respirado hondo y agarrado con fuerza el volante. Tenía prisa por llegar para decirte lo mucho que te quiero...es necesario que lo sepas una vez más.
