11 jul 2010

Un ángel en el paraíso


Vivimos en un paraíso. Trabajar a caballo entre Sevilla y Cádiz, con parada y amor en Jerez. Es eso. Ya, me hago más kilómetros que el baúl de la Piquer, y a veces me vence el sueño, el cansancio que me quito a palmetás o parando en un área de servicio, o bajando todos los cristales para que entre la calima, el olor a verano. El otro día me encontré con una mujer en el híper, me confesó que lleva leyendo este blog desde 2005, que le gusta y me dio las gracias por tantos mensajes.

Y la semana pasada, tomando un café, noté miradas de diversión y alguien se acercó: "siga usted así, se mete usted todas las mañanas en nuestro desayuno". Esta tarde, sentado en el ordenador, a punto de dejarlo todo para ver por enésima vez a Sabrina, os quiero decir una cosa: Me importa un pito el contador y he quitado el otro, on line (me estresaba mucho), me da igual si entran muchos o pocos en esta bitácora. La hago porque me sale del alma (y de abajo también). Pero el otro día, al llegarme el último informe del tráfico de este blog, sentí vértigo. Y casi lo cierro. Pero no, lo escribo para ella y para vosotros. Seguiré.

PD: Dedicado a ella, mi ángel.