Fotos: PC
Me gusta la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, no es ningún secreto. Me cae bien y no lo pienso evitar. Creo que es la que más rápido aprende en el PSOE. Y que no tardará en aterrizar por Andalucía (ya lo está) pero de una forma más contundente. Siempre tiene un saludo, un gesto amable hacia todos, y a veces se muerde las uñas, quizás porque hoy se haya sentido un poco ministra florero, como Rubalcaba (que no para con el móvil), que no ha hecho declaraciones y se largó a mitad de la rueda de prensa.
Ahí está Barroso, cuchicheando con su ex compañera Rosa Aguilar, más lista que los ratones coloraos. Teo habla con Luis (deberían hacerlo más) y Bibiana observa. El más inteligente (no me refiero al espléndido sueldo de Luciano Albarrán) fue Luis Ben, concejal socialista, mú apañao con el panameño mientras los demás sudábamos la gota gorda.
¿Y los cascos? Coño, que nos olvidamos todos de ellos, y allí se quedaron. ¿No había ningún responsable de prevención de riesgos? Menos mal que al menos dieron agua, aunque luego, en la Diputación.
El segundo puente, gran protagonista, respira aliviado. Aunque me dicen que Manterola, el director técnico, andaba un poco desencajado, quizás porque en Fomento no han sentado bien sus declaraciones.