11 sept 2010

Por ahí no


Joder con los blogs últimamente. De todos vosotros es conocido que la vida personal de la clase política y, en general, de personajes públicos me la traje floja (sí). Es más, cuando Pacheco tuvo aquella ocurrencia de contar en una rueda de prensa una serie de carajoterías sobre la vida personal de la alcaldesa -que le había contado, al parecer, el alcalde de Puerto Real- no solo lo rechacé de plano sino que se lo hice saber al ex alcalde y al otro regidor.

Lo que pasa es que luego la alcaldesa, con algunos actos erróneos que ha enmendado tarde, ha hecho difícil defender su derecho a la vida propia, a la intimidad. Pero me ha dado igual. Ahora bien, dejo de manifiesto en este blog que hay quien se está dedicando a enfangar ese terreno con fines claramente políticos. No me encontrarán de cooperador en esa causa miserable, pero otra cosa es que no denuncie los manejos, a quienes los coordinan y a quienes se benefician de esta mierda política. Avisados quedan. No me dan miedo.

Por eso, con aprecio, le recomiendo al concejal Antonio Saldaña, que deje de hacer preguntas sobre leyendas urbanas, se vaya al registro mercantil (por ejemplo de Valencia) y se emplee a fondo denunciando los hechos ante el juez y los medios de comunicación. Nada de preguntitas, si hay pruebas, a ello. No merece la pena enfangarse, Antonio. Aunque, en verdad, hay quien siempre ha hecho de esa mierda de conducta su modo de vida, algún ex asesor. Dejemos el tema.