Es lo normal, diversificar. Cádiz carece de liderazgo político en estos momentos y menos aún económico, el catetismo ilustrado se impone sobre el sentido común, el talante y la colaboración institucional. Por eso resulta interesante saber que no todo va por esos derroteros.
La Junta de Andalucía y Navantia volverán a reunirse en este mes de octubre para seguir avanzando en la idea de que los astilleros de la Bahía gaditana puedan diversificar su mercado y entrar en el de los parques eólicos marinos con la construcción de plataformas o barcos para su transporte. Y no es una mala idea, en absoluto, aunque a largo plazo, y eso conviene dejarlo claro, no vayan a creer los parados/as que esto va a ser la panacea. De momento, están inmersos en esta idea la senadora del PSOE por la provincia María Jesús Castro, y los diputados nacionales Rafael Román y Mamen Sánchez.
De entrada, lo que estos diputados como otros parlamentarios andaluces preocupados por el medio ambiente y el desarrollo industrial, están haciendo es propiciar un encuentro (posiblemente a finales de mes) entre el consejero de Economía, Innovación y Ciencia, Antonio Ávila (que no termina de darse cuenta que tiene que cambiar los referentes provinciales cuanto antes), y el presidente de Navantia, Aurelio Martínez.
Una estrategia en la que no debería olvidar a Fedenaval, a la vapuleada industria naval auxiliar sin la que nada es posible en el sector. Y centrarse, por ejemplo, en la formación. Se han perdido ya en estos meses más de 4.200 puestos de trabajo. Demasiados, sin duda como para que no se enciendan las alarmas, por encima de las preocupaciones que tenga nuestra clase política de salvar sus sillones en las tres próximas convocatorias electorales. La ventaja es que ahora todos están bizcochables. Que se les puede convencer. Líderes sí, pero no del paro, como ahora.
