3 mar 2011

La buena política, la de las personas


No tengo la menor duda de que estamos ante un cambio brutal de la concepción de la política. Y es el momento de las personas porque, creánme -los conozco bien (lo digo sin ironía)- lo que percibo en el espectro político es de tal mezquindad que hasta me estoy pensando pasar a la acción por mi gente. ¿Quién coño piensa en las personas? ¿acaso no se dan cuenta que con la chispa adecuada esto puede saltar por los aires? que la penuria, la incomprensión, la falta de sensibilidad absoluta de los dirigentes del sistema está llevando al desastre a miles y miles de personas, que no saben qué hacer ya.  Urge la regeneración ética. No hay otra salida.

Y en Andalucía, caiga quien caiga, Griñán tiene una grave responsabilidad. Que no le tiemble el pulso y preste de una puta vez un servicio a la ciudadanía tomando las decisiones que sean necesarias. Tiene las hienas a su alrededor y el pasado huele muy mal. Si el PSOE no toma el timón, si Griñán no se echa al monte, terminará en el abismo y, creánme, algunos de los esperan tomar el poder dan miedo, de verdad. Les conozco. Quien sepa entender, que entienda y quien pueda, que haga algo, por Dios. Hoy tengo claro, más que nunca, que si nadie nos defiende, habrá que hacer algo, y pronto. No tengo miedo...