Mikel Erentxun y Dani Martin -
No tengo ni idea de lo que pasará mañana, solo me importa el hoy. No quiero lamentar no haber hecho hoy algo que mañana no podré hacer. He dado esta mañana grandes paseos por Jerez, haciendo gestiones, y me he hartado de hablar con tanta gente, diversas, de pensamientos afines y contrarios, pero respetuosas. Estos meses están siendo tan especiales para mí, pese a algunas dificultades, que no paro de dar gracias a Dios, al verdadero, no al que adoran esos que se creen por encima del bien y del mal, sus lugartenientes en la Tierra. Esos que desprecian a los demás, creyéndose con patente de corso. Imbéciles.
Hemos de procurar, todos los días, que nuestras acciones nos sirvan para que, al final de la jornada, el ajuste de cuentas sea el esperado. Es decir, que hayamos hecho todo lo que realmente podemos por mejorar la vida de los demás. No sabes, lector, lo importante que es un buen comentario, unas palabras de ánimo, aunque tu interlocutor y tú mismo sepáis a ciencia cierta que hay algo de mentira en los halagos. Detesto, cada vez más, la falsedad a mi alrededor, huelo su podredumbre y me alejo rápido de esos individuos, un quiebro y pongo pies en polvorosa. Ahora bien, una cosa tengo clara, si persisten me encontrarán. No les tengo miedo.