La cifra es 800. Escuchado en la barra de un bar, lo que no quita verosimilitud a la cifra, porque era manoseada por confiados empresarios hablando con un nuevo concejal que les daba, ufano, su número de teléfono corporativo "
pa lo que queráis, que sóis de los nuestros".
Hay que eliminar, de entrada 800 puestos de trabajo mediante distintas fórmulas. Luego vendrán otros 200 por lo menos. Sobran 1.000. Pero no se apenen, no irán a la
rue antes de un año, con lo que tienen tiempo para correr a buscar otro empleo como el que van a perder. Y mientras, el que los metió por la patilla se descojona metiéndose con gente decente que tiene que desmontar ahora esta locura.