Manifestación de funcionarios, hoy en Barbate. Foto UGT |
Me gusta, aunque no la conozco, el estilo de la alcaldesa de La Línea, Gemma Araujo (PSOE). Se ha sentado con todos los partidos, los sindicatos y ha planteado claramente que la solución para acabar con la agonía mensual en el pago de la nómina es reducir su coste mensual de 1.400.000 euros a 900.000. Pero que la cosa tiene que ser entre todos, porque la situación ya no es angustiosa, es insoportable. Como lo es en Barbate, que desde hoy vive tres jornadas de huelga en su ayuntamiento, donde se han paralizado todos los servicios municipales, excepto un camión de bomberos y otro de recogida de residuos.
Extraña también que a otro alcalde campogibraltareño, valiente, Jorge Romero (PA), los sindicatos le reprochen el sueldo: "El anterior alcalde tenía un sueldo anual bruto de 56.986 euros y estos trabajadores no le echaron en cara nada a pesar de que no pagaba las nóminas", ha dicho tras recordar que ha recordado igualmente que es uno de los alcaldes que menos gana y que su nuevo sueldo supone un ahorro de unos 18.000 euros.
Por eso es normal que Rubalcaba hable de la desaparición de las diputaciones (cierto es que el PP gobierna la mayoría ahora), o en Portugal e Italia planteen la desaparición de municipios y su agrupación para optimizar recursos y reducir gastos. Eso, en España, haría necesario un cambio de la Constitución y que los dos grandes partidos estén de acuerdo. El problema está en que ninguno de ellos hará nada hasta después del 20N. No esperen grandes gestos de responsabilidad ciudadana. Ahora es la caza del voto, mientras se desangra España.