Basta con ver los telediarios 'convencionales', para darse cuenta de que si no está en llamas no será porque la cosa no está que arde. Me duelen todos los huesos de haber danzado ayer con The Prodigy, aunque a distancia. De pronto, todos danzaban como zombis enloquecidos a mi alrededor sin saber donde meter los putos vasos de plástico a un euro. Ni yo tampoco el ordenador y los bártulos para una zona de trabajo ¿de trabajo? Y una mierda. Daba igual. No hay mejor recinto para conciertos en Andalucía ahora que el asfalto de los macro aparcamientos del Circuito de Jerez aunque, la verdad, el acceso y la salida por un angosto túnel está diseñado con los pies. Ya, espacios abiertos, pero era la forma de salir, un pequeño camino de servicio, un túnel que nos recordaba a todos recientes acontecimientos electrónicos letales...