Hay que salir adelante todos los días. Y no es fácil. Dice Jorge Drexler (escuchar más abajo) que "la vida es más compleja de lo que parece". Esta semana ha sido muy complicada para mí, pero llena de satisfacciones, yendo de un lado a otro, haciendo kilómetros con mi compañera, la radio, a la que espero volver pronto pese a que he sido apartado de ella de cuajo, por las circunstancias que ya conocemos, la puta crisis y la insensibilidad de quien, hasta ahora, solo se queja y no propone nada que nos ilusione.
Vuelvo a casa porque sé que no hay nada como el calor de quien te quiere de verdad, de quien perdona tus tropiezos y eternas dudas. Y doy gracias a Dios por ella. Y por mis verdaderos amigos y amigas, los justos y los mejores, que estos días llaman para darme algo que ya tengo, mucho ánimo. Os quiero un huevo a todos, a todas. Ahora bien, lo juro, no pienso olvidar (perdonar quizás, aunque ya se verá) a quienes hacen de la insidia, la infamia y el maquiavelismo su ley de vida.
En Cádiz capital hay un metrosexuá de esos, que muchos ya estamos hartos de aguantar y que arderá en el infierno eterno de la indiferencia y el desprecio por mucho que ahora se crea a salvo entre Cádiz, Sevilla y Madrid, bajo las alas de las gaviotas. No he conocido a una persona tan intrínsecamente mala como esa. Que se joda. Conoceréis detalles...Y me lee en su dispositico inalámbrico, el muy cabrón.
Vuelvo a casa porque sé que no hay nada como el calor de quien te quiere de verdad, de quien perdona tus tropiezos y eternas dudas. Y doy gracias a Dios por ella. Y por mis verdaderos amigos y amigas, los justos y los mejores, que estos días llaman para darme algo que ya tengo, mucho ánimo. Os quiero un huevo a todos, a todas. Ahora bien, lo juro, no pienso olvidar (perdonar quizás, aunque ya se verá) a quienes hacen de la insidia, la infamia y el maquiavelismo su ley de vida.
En Cádiz capital hay un metrosexuá de esos, que muchos ya estamos hartos de aguantar y que arderá en el infierno eterno de la indiferencia y el desprecio por mucho que ahora se crea a salvo entre Cádiz, Sevilla y Madrid, bajo las alas de las gaviotas. No he conocido a una persona tan intrínsecamente mala como esa. Que se joda. Conoceréis detalles...Y me lee en su dispositico inalámbrico, el muy cabrón.