“Podría recordarle a los catalanes que piensan que Andalucía es una comunidad subsidiada”¡ que Cataluña recibe hasta cinco veces más subvenciones en la industria automovilística que los jornaleros por el PER” aunque ha aclarado Pilar González que “no lo haré porque son tan justas, legales y éticas como el subsidio agrario”. En cuanto a las declaraciones de Cayetano Martínez de Irujo, hijo de la Duquesa de Alba, en las que “insultó” al pueblo andaluz y criticó las subvenciones a los jornaleros, González está segura de que “la causa de que Andalucía siga a la cola no son las subvenciones que reciben los jornaleros del campo andaluz sino que haya señoritos que el único oficio conocido que tienen es el de montar a caballo gracias a las multimillonarias ayudas que recibe de la Unión Europea por dejar las tierras en barbecho”.
La candidata andalucista a la Presidencia de la Junta de Andalucía piensa que “ha llegado el momento de plantear la segunda modernización agraria en el campo andaluz para que se eliminen situaciones de privilegios heredados que siguen condenado a Andalucía a la dependencia económica de latifundistas ociosos que no creen en Andalucía y se llevan la riqueza andaluza para que tribute fuera de Andalucía”.
González le pregunta a Cayetano Martínez de Irujo que si no “le parece un delito ético cobrar tres millones de euros por no cosechar las tierras, y permitirse la indecencia de criticar los 14 euros diarios que recibe un jornalero desempleado”. Los andalucistas sintieron “una profunda vergüenza ajena, indignación y rabia” al ver que un “señorito que nació con una herencia debajo del brazo se atreve a dar lecciones morales y de honorabilidad al muy noble campesinado andaluz”, asevera la líder del PA.
En este sentido, González, insta al Gobierno andaluz a que inicie los trámites para retirarle a la Duquesa de Alba el título de Hija Predilecta de Andalucía por las injurias que la Casa de Alba ha lanzado contra la dignidad de los jornaleros andaluces. “La Junta de Andalucía no puede honrar con la máxima distinción que otorgan los andaluces a una señora que representa una institución feudal que no cree en Andalucía y exportan una imagen falsa y negativa”. Por último, González reflexiona que “dónde ha quedado la ejemplaridad, que se le presupone a la nobleza, en la Casa de Alba”.
