El sagrado deber de un periodista es contrastar las noticias, escuchar las dos partes. Mentir es pecado mortal en esta profesión, e inducir a otros a mentir es miserable. Creo que se acaba de abrir un debate muy serio en el periodismo gaditano a raíz de la sentencia emitida por el Juzgado de Instrucción Número 4 de Cádiz. El presidente de la Asociación de la Prensa de Cádiz, Fernando Santiago Muñoz, ha sido condenado por una falta de injurias y vejaciones leves contra el ex trabajador de Delphi Manuel Cádiz Temblador. Ese incidente, que tenía un trasfondo nunca bien explicado por las razones que sean, provocó reacciones de apoyo a Santiago y la libertad de expresión que dieron la vuelta a España. Pero las cosas no eran del todo como se contaron. Y eso nos debe hacer reflexionar a todos muy profundamente. Y primero a Fernando Santiago y a quienes creyeron su versión sin rechistar.
La magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Cádiz, Laura del Río, considera probado que Santiago atribuyó a Manuel Cádiz un intento de agresión e insultos contra su persona que no llegaron a producirse. Dicen hoy los cuatro sindicatos que representan al colectivo de ex trabajadores de Delphi (CCOO, UGT, USO y CGT): "No es ético hacer pasar por un conflicto de este colectivo, lo que no fue sino un enfrentamiento privado relativo a la vida personal y familiar. Condenamos cualquier forma de violencia, como hemos hecho siempre, pero quien se envuelve en la bandera del conflicto social, disfrazando así un problema personal, esta enmascarando la verdad, que es la que nos debe presidir a todos y, muy especialmente, a ese dignísimo oficio de periodista". Si os interesa este asunto he seleccionado varios enlaces para que, una vez leídos, os forméis una idea de la gravedad de lo ocurrido.
La versión ofrecida por EL PAÍS (21 de enero de 2011)