13 feb 2006

Las calaveras de Casas Viejas


Hay días en los que conviene no perder la memoria histórica ni el sentido común. Hay días en los que la dignidad está en juego y nada ni nadie puede erosionarla. Hay días en los que alguien ha firmado ya su sentencia de muerte y no lo sabe. Eso ocurrió en 1933. En Casas Viejas, por defender la utopía.
Y algunos aún conservan aún ése espíritu guerracivilista. Hay tipos que, si en vez de un ordenador tuvieran un fusil de asalto, no dudarían en ejecutar a más de un periodista al amanecer. Y aquí, en Cádiz.
Pero Dios (con algo de ayuda) les enviará donde deben estar. Me encanta este artículo de Eva Díaz Pérez, compañera con la que tengo el orgullo de compartir inquietudes y libertades en EL MUNDO DE ANDALUCIA.
Eva Díaz Pérez
El Mundo. Andalucía
/ OPINION / 9 Febrero 2006
Hay una fotografía terrible rescatada del archivo de Basilio Martín Patino sobre los sucesos de Casas Viejas. Un periodista de los que viajaron como Sender a la aldea del crimen tras la matanza de Seisdedos y otros campesinos aparece mostrando una calavera, un cráneo de cenizas y horror. Sin embargo, el cronista esboza una inquietante media sonrisa, un gesto no sé si siniestro o de defensa ridícula ante el terror.
Un Hamlet patético ante las cuencas vacías de un Yorick libertario.Tras meses de polémica, parece que sobre el solar donde ocurrió la tragedia de Casas Viejas se inaugurará finalmente ese hotel de lujo llamado Utopía que sin pudor frivoliza y comercia con la memoria de aquel mal recordado episodio. Por eso, esa fotografía del tipo que exhibía la calavera de una de las víctimas de la utopía –que sentido tan diferente para una palabra- me ha recordado a estos que quieren hacer negocio con la recuperación de la memoria histórica.
Tienen la misma sonrisa helada mientras muestran como reclamo la calavera del campesino asesinado en el hall de su lujoso hotel.La recuperación de la memoria secuestrada es uno de los episodios pendientes de este país de cicatrices. Pero lamentablemente que después de tanto olvido, se pretenda hacer creer que la desmemoria se curará con una habitación de lujo a modo de parque temático de unos años treinta que, por cierto, nunca llegaron a aquella aldea de campesinos con siglos de hambre.
Lo más triste ha sido el respaldo institucional del PSOE a un proyecto privado que no ha dudado en hacer negocio con esta página negra de la Historia. Y más lamentable es creer que esa fundación creada como coartada llenará el vacío documental y la desidia que ha reinado demasiados años. Sí, los que han defendido este hotel tienen la sonrisa congelada de aquella fotografía.
¿Qué rostro pueden mostrar los que comercian con el terror y no se sonrojan cuando se definen como progresistas y supuestos defensores de la memoria?No han dudado tampoco en arremeter contra personas que llevan años luchando por que se haga una verdadera y respetuosa recuperación de todos aquellos episodios silenciados durante el franquismo y olvidados en la santa Transición.
Piensan los del cráneo y la sonrisa del revés que los que han atacado al Hotel Utopía tienen intereses ocultos. Que curioso, porque es precisamente la sospecha que cae sobre ellos, asomando desde el lado oscuro de sus sonrisas heladas.