Hay compañeros que se van, otros vienen, movida de unos medios a otros. Mi correo, mi buzón de SMS, llamadas de todos a los que deseo suerte. Esta profesión es así. Anoche no pude dormir muy bien, los truenos sin parar, los relámpagos como si alguien no hubiera terminado de arreglar un gran tubo fluorescente en el cielo que nos cobija a todos. Incluso a los/las que tienen mal corazón y solo piensan en su propio bienestar. Yo, lo siento, no voy a cambiar, no pienso dejar de estar al lado de quienes lo necesiten realmente. La misma mierda por todos lados. Excelente el trabajo que viene haciendo, en defensa de los más débiles, el abogado gaditano José Luis Ortiz. Le conozco hace algunos años, los suficientes para considerarle mi amigo. Lleva el caso de dos neonatos a los que no dejaron tener una oportunidad en esta vida. Ocurrió en Ceuta.