No lo sé, pero me importa. Llevo desde 2005 contando mis historias en este blog. Y las comparto contigo. Esta noche sin dormir, pensando en nuestro futuro que no termina de aclararse, aunque la luz llega poco a poco, me acuerdo de tí. Con inmenso cariño, puedes tenerlo muy claro. Estoy harto de tanta hipocresía a nuestro alrededor. Vale, pero se trata de salir adelante. Anoche, un empresario argentino, tras una cena regada con buen vino y premios en Sevilla, me contaba que en su tierra cuando vas y te compras una camisa te preguntan, como si tal cosa, "¿y qué, en cuantas cuotas va a pagarla?". Barruntaba que algo pasará en España, que esto no puede seguir así, que el sueldo se acaba el día 11 y quedamos a expensas de las frágiles tarjetas de plástico. Son días duros, de aprendizaje, saliendo de una racha extraña, pagando un peaje que no acabo de admitir por ser fiel a mi forma de ver las cosas, que ya no puedo, ni quiero cambiar. O lo tomas o lo dejas. No hago daño a nadie, pero me defiendo ante cualquier ataque con fuerza, seguro de que no habré de dejar que nada ni nadie me corroa más las entrañas. No es que haya cambiado, es que sé lo que soy para tí y pelearé por tí, porque eres mejor que yo y sé que no te defenderás. Eres demasiado buena para ello. No te preocupes, no te fallaré. Nunca, cada día más. Te quiero tanto...seguiremos nuestro camino, el nuestro.