6 oct 2009

Delphi, luces y sombras de un difícil proceso de recolocación


El fabricante estadounidense de componentes para automóviles Delphi emergerá en los próximos días de la situación de suspensión de pagos en que se encuentra desde octubre de 2005, y que ha supuesto uno de los procesos de insolvencia más largos, costosos y complejos de la historia. La suspensión de pagos, agravada por la crisis global, se ha llevado por delante 80.000 puestos de trabajo. Desde que la multinacional con sede en Troy solicitara acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, la empresa ha gastado más de 400 millones de dólares (unos 276 millones de euros) en abogados, asesores y consultores, tanto para la propia firma como para los seis sindicatos que representan a sus trabajadores. Comparto mesa de debate, como delegado de EL ECONOMISTA, con Gerardo Urchaga, de la Fundación Altedia Creade, responsable del proceso de recolocación del colectivo de Delphi. A su lado, Antonio Pina, ex presidente del comité de Delphi, que forma parte por CCOO del Dispositivo de Tratamiento Singular de los ex trabajadores de la multinacional.
El proceso de suspensión de pagos de la corporación norteamericana ha supuesto la remisión al tribunal de Nueva York que ha supervisado la reestructuración de más de 19.000 documentos, según el diario 'Financial Times'. La suspensión de pagos de Delphi se llevó por delante la fábrica de la multinacional en la localidad gaditana de Puerto Real, lo que supuso la destrucción de alrededor de 1.600 puestos de trabajo en estas instalaciones. Delphi espera salir de la suspensión de pagos en uno o dos días, una vez que el Tribunal de Quiebras del Distrito Sur de Nueva York complete los últimos trámites.

"CUATRO AÑOS BRUTALES"
"Han sido cuatro años brutales", subrayó el presidente de la compañía, Steve Miller, quien dijo sentirse apenado por el dolor causado, pero se mostró también feliz por el nuevo posicionamiento del grupo, que apunta a un futuro de éxito. Cuando Delphi salga de la tutela judicial, será una empresa con unos costes laborales muy inferiores, centrada en los productos más innovadores y competitivos y con una deuda asumible. La compañía sólo mantendrá tres fábricas, frente a las 33 factorías con que contaba antes de suspender pagos. Además, 15.000 ex empleados de la corporación habrán perdido sus derechos en prestaciones sanitarias y percibirán una jubilación sensiblemente inferior a lo establecido con anterioridad.

80.000 TRABAJADORES MENOS
La plantilla se ha reducido en los últimos cuatro años en 80.000 personas, desde 180.000 a 100.000 efectivos, con la mayor parte del recorte centrado en Estados Unidos. Como contrapartida, Delphi tiene ahora en China 21 fábricas y 12.000 empleados. Una vez superado el proceso concursal, Delphi estará controlado por un grupo de más de cincuenta bancos y fondos, liderados por Elliot & Associates y por Silver Point Capital, cuyos créditos han permitido a la empresa sobrevivir durante la suspensión de pagos. El grupo General Motors, antigua matriz de Delphi, aportó 12.500 millones de dólares (unos 8.620 millones de euros) a su ex filial durante el proceso. Como contrapartida, tendrá una pequeña participación en el capital. Delphi se escindió de General Motors en 1999, aunque sigue siendo su principal proveedor.