No hay un criterio claro sobre el uso de las esposas -las de metal, hombre- en las detenciones, y por lo visto algunos cagalástimas se lamentan ahora de que tanto con el PP (hace unas semanas) como ahora con el PSC y CiU, se usen esposas y aparezcan estos presuntos indeseables con la bolsa de sus pertenencias, entrando al juzgado y luego a la cárcel. El Gobierno dice que tendrá tolerancia cero con los chorizos, sean o no políticos. Ellos tienen más delito, porque han de ser servidores públicos y no servirse de lo público para llevárselo calentito. Yo hasta recuperaría el traje a rayas para todos estos sinvergüenzas. Así me gusta ver a Garzón, arremangao, con la carpeta azul bajo el brazo y viajando donde haga falta, con el látigo para expulsar a los indeseables de una sociedad demasiado tolerante con estas prácticas.