1 nov 2009

Madrid





Quizás sea necesario volver ya a Madrid, mi segunda patria, a todos los efectos, porque no puedo estar demasiado tiempo sin pasear por sus calles, visitar a los viejos amigos, tomarme un buen vermú en Malasaña, explorar todos los garitos posibles y recordar esas increíbles mañanas soleadas de invierno, y tantas historias... Retar a la poli de Gallardón por la Castellana, a todo gas con Pereza de fondo, un poné. O a Mikel Erentxun.
De pronto me ahogo, no puedo aguantarme los pies. Necesito los zapatos de andar rápido, mi guia del ocio, el chubasquero, la mochililla, el olor a cocido en esos restaurantes caseros que solo compartí con quienes lo merecían. Noches en la Cava Baja, en Moratalaz de bares con cervezas heladas en tórridas noches de agosto, cuando Madrid era nuestro, de los corazones jodidos pero alegres. O cuando me quedaba de dueño y señor de la piscina, extasiado ante la primera nevada de órdago. Recuerdo, con nitidez, la primera vez que me perdí en la M30, sin GPS. Nunca lo compré, aprendí a circular, a andar por sus calles, a flipar con el Metro babilónico, llevo sus calles en mis venas, ya no me pierdo.
Madrid me tiene atrapado y quizás sea necesario regresar ya, ha pasado suficiente tiempo, aunque las heridas del 11M no terminan de cicatrizar y la furia por cambiar las cosas que me rodean, por hacer mejor el tiempo que vivimos, esa furia...no la he perdido. Ni de coña. Miro a mi coche, no sé porqué puta razón le cambié la matrícula, porque llevo la M grabada en mi corazón, para siempre. Arde Madrid y yo no estoy allí para apagar el fuego...tendré que volver. Lo juro. Y espero que me acompañes en ese viaje de ida y vuelta. Te quiero tanto. He seleccionado tres canciones para esta mañana de domingo. Sobre Madrid, claro.