Hay un palomito y un desubicado (que no ha salido aún del follaje) que garabatean en la red y que son idiotas, y cobardes, de nacimiento. Pero rematadamente idiotas. Para permanecer en internet (donde hay de todo, qué se le va a hacer) hay que tener un mínimo de gracia, de ingenio, escribir más o menos bien, no atropelladamente como si acabaras de atracar un supermercado. Los dos tipos, en cuestión, no son más idiotas porque no se entrenan, pero es que encima no lo saben. La ignorancia de tal condición les hace ser tan atrevidos. Uno escribe al descubierto y el otro, con más miedo que vergüenza, se parapeta bajo el término andaluz que no puede usar porque carece de los valores que tenemos en esta tierra.
Y tienen amistades peligrosas, que en otros tiempos no dudaron en ser mercenarios para amedrantar con comunicados, piedras, atentados a vehículos, pintadas y amenazas verbales a todo aquel que osara meterse con el que les había colocado en la más indigna área, auspiciando con ello a un falso movimiento de desempleados que consta en historiales policiales. Nada, no iba a mencionarlos, no vaya a ser que suban sus entradas, pero es que te quedas tan a gusto. Y ni os cuento como me los encuentre por la calle, se lo pienso decir alto y clarito: idiotas. Ea.
