He encontrado una felicitación como yo quería, para ampliarla y dejarla de fondo mientras dedicamos nuestros mejores deseos a aquellos que nos hacen la vida mejor y a los otros, menos, pero tan jodidos los cabritos. Lo que hay que aguantar.
Pero la vida sigue, y hemos de dar gracias a Dios todos los días por tener la suerte, la alegría, la oportunidad de tener 24 horas más de vida. Hoy le he visto las orejas al lobo, ha pasado cerca en la carretera que tomo dos veces al día. Y me ha estremecido, no exagero. Un puto aviso para que aprenda a no dejar cabos sueltos, a amar sin límites y a perdonar rápidamente a quien nos ama. Os quiero a todos/as. Sed felices y no jodáis al prójimo. He pasado un buen rato en el programa especial de Radio Jerez, hablando con tantos y tantas.
Os dejo la tarjeta navideña tubera y otro regalito, por si te gusta algo con glamour y más sensual. Es Sade, al rojo vivo: Nothing Can Come Between Us.