No dejo de sorprenderme, día a día, al conocer los peligrosos movimientos de algunos y algunas con sus licencias de TDT locales de ámbito privado. Si al final, a estas alturas de la liga, de unas doscientas licencias apenas funcionan ahora una veintena con el apagón analógico a la vuelta de la esquina, todo esto habrá sido el más monumental de los desastres del antiguo equipo de Zarrías, cuya máxima representante es la ex periodista del Grupo Joly Matilde Santiago, directora general de Medios de Comunicación Social. Me consta que la compañera está haciendo todos los esfuerzos legales para lograr que nada fracase pero, por ejemplo, es imposible hacer que municipios de distinto signo se pongan de acuerdo para poner en marcha iniciativas de televisión. Pero el problema es que la crisis ha dejado a dos velas a los flamantes beneficiarios de las adjudicaciones y la legislación tedetera ha arruinado o está a punto de arruinar a los empresarios que han hecho televisión local toda la vida en Andalucía. Justo los que se han quedado fuera de juego.
O que grandes adjudicatarios (por ejemplo Green Publicidad y Medios) confirmen que cumplirán los plazos y que serán ellos, y no otros, quienes finalmente exploten la industria tedetera. Y es que el negocio está en que todos pretenden externalizar "la comercialización publicitaria de su programación local en todos los formatos", según consta en la copia de un contrato que he podido leer con detalle. Y el truco político en que habrá informativos comunes. Seguiremos tedeteando.