11 may 2010

El palacio soñado por Chaves que termina pagando Griñán

Hay sapos que son criados por unos y terminan en la mesa de otros. Eso pasa con Chaves y Griñán. El primero soñó con el Palacio de San Telmo como sede de la Presidencia de la Junta. Y Griñán lo ha visto acabado, con una factura superior y la oposición -en especial la portavoz del PP-A, Esperanza Oña- saltándole a la yugular como vampira crepuscular. Y con gran regocijo de la tertulia de El Gato al agua, en Intereconomía.
A ver, por partes. Que la Presidencia de la Junta de Andalucía disponga de una sede oficial (no para que viva el presidente, sino para que trabaje, por mucho loft que tenga) no está mal. Griñán no vivirá en ese palacio. Trabajará en él. Lo que pasa es que el ambiente preelectoral lo va a empozoñar todo, con detalles suntuarios como el uso de mármol de Carrara en vez de Macael y lámparas de 8.000 euros la pieza.
En total, más de 300 funcionarios trabajarán a diario en San Telmo para, de este modo, aprovechar al máximo el uso de todos los espacios y dependencias rehabilitados. Esta opción era inviable hasta ahora ya que, en su mayoría, presentaban un grave estado de conservación.
Dice la Junta que Vázquez Consuegra ha conseguido preservar un edificio del siglo XVII con las prestaciones exigibles a una sede administrativa del siglo XXI. Una solución que ha sido complicada por la exigencia de respetar la estructura del edificio y por su complicado trazado. La Administración andaluza se responsabilizará en adelante del cuidado, mantenimiento y conservación de todo el edificio y de sus espacios adyacentes.
A partir de septiembre, San Telmo no sólo albergará de nuevo la sede oficial de la Presidencia de la Junta de Andalucía, sino que se convertirá en un monumento de visita obligada para todos los andaluces y andaluzas.
La Presidencia de la Junta de Andalucía regresa a San Telmo, aunque compatibilizará este uso oficial con el compromiso de abrir sus puertas al público para que el último gran monumento de Sevilla que no era visitable hasta el momento, sea conocido y disfrutado por el conjunto de la ciudadanía. De esta forma, añadirá todo su valor patrimonial al conjunto histórico y artístico de la ciudad.