18 jul 2010

Buena gente de España


melocos - cada golpe







Vicente del Bosque. Foto de Flickr (UEM)

Diario de Jerez ofrece hoy una entrevista, propia para el domingo, con mi paisano Antonio Fernández Marchán. Y David Sánchez saca a flote la verdadera personalidad del analista de la Selección Española, uno de los 'cerebros' de Vicente del Bosque, a quien entrevistan en EL PAÍS (Texto de Luis Gómez y fotos de Alejandro Ruesga):

"Vicente llegó al club con 16 años procedente de Salamanca. Era hijo y nieto de ferroviarios. De su padre, Fermín, se han hecho algunas referencias a su pasado durante los años previos y posteriores a la Guerra Civil. "La guerra le cogió con 19 años. Fue un producto de su tiempo, pero sobre todo fue un hombre bueno y honesto", recuerda. "Era un hombre con buenas ideas, pero sobre todo recto y responsable. Nos marcó a todos. Es cierto que en aquellos tiempos podía tener algunas ideas radicales, pero era un hombre tolerante". Fermín sufrió la represión y no pudo regresar a su trabajo en el ferrocarril: durante años fue administrativo en la fábrica de La Casera en Salamanca".

En la entrevista de Diario de Jerez encontramos a un más que cercano Antoñito, de Guadalcacín, que ya no es del Caudillo sino de La Roja, gracias al 'hombre que todo lo sabe', y que tiene un corazón solidario, fruto de su dedicación a los demás cuando trabajaba en Sanidad:

"-Eres una persona de inquietudes. No sólo se vive de fútbol.
-Sigo estudiando idiomas, psicología deportiva a través de la UNED, y tengo un proyecto maravilloso en la cárcel de Valdemoro.
-Cuenta...
-Es un proyecto solidario para un grupo de excluidos sociales. Se puede visitar en la web 'muchomasquefutbol.com'. Lo creé el año pasado justo después de llegar de Sudáfrica de la Copa Confederaciones. Es un taller de reinserción social y a través del fútbol han venido muchos invitados, entre ellos Vicente del Bosque, Fernando Hierro o Sergio Ramos. He tirado de agenda de amigos que vienen cada lunes. Un día a la semana trasladamos una sonrisa a estas personas, no cuesta nada y a ellos les hacemos muy felices. Les damos libertad, entre comillas, durante tres horas.
-Parece un proyecto muy bonito.
-(Visiblemente emocionado) Me siento muy orgulloso y muy feliz. Trabajo con 24 presos, todos chavales jóvenes, con distintos problemas. No todos hemos podido criarnos en un entorno familiar normal. Estas personas merecen una segunda oportunidad y hay que darles cercanía y apoyo. Poco a poco van cogiendo confianza y al final te cuentan sus problemas, su vida. Es algo muy emocionante, algo que no se puede describir con palabras".