Andrea Bocelli -
España necesita una solución 'ad hoc', como la que busca el ministro de Fomento, Pepe Blanco, para el segundo puente sobre la bahía de Cádiz. Cuestión de fe. Ya sé que el ejercicio del periodismo tiene sus compromisos, sus riesgos, limitaciones y hasta prohibiciones, pero esta mañana casi me da un ataque de risa al escuchar a un comunicador provincial contando que todo esto del segundo puente está solucionado, aunque pendiente de: negociar con Dragados, convencer a la ministra de Economía y buscar fondos. Tres cositas sin importancia. Todo para no decir, con las letras, que la obra se ha "reprogramado".
Vamos, es lo que dijo ayer el diputado socialista gaditano Salvador de la Encina, presidente de la Comisión de Infraestructuras del Congreso de los Diputados. No obstante, Blanco debería facilitar la lista negra completa: el ministerio rescinde 20 obras públicas en marcha por valor de 1.001 millones Ni el tamaño de las constructoras adjudicatarias ni el signo político fueron el criterio del recorte, dicen, eso no ha tenido que ver. Blanco no quiere que le acusen con el dedo, y su departamento ha venido negociando con las comunidades autónomas en los dos últimos meses. Con mucho cuidado.
El ministro de Fomento, José Blanco, recalcó ayer que el segundo puente de la Bahía de Cádiz es "prioritario" y se ofrecerá una solución 'ad hoc' para poder cumplir con los compromisos establecidos con esta infraestructura y ha confirmado que las obras de la circunvalación de Sevilla la SE-40 avanzarán de forma más lenta
La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) augura una cadena de expedientes de regulación de empleo (EREs) en el sector como consecuencia del recorte de infraestructuras anunciado por el Ministerio de Fomento que, según sus cálculos, supondrá la pérdida de entre 75.000 y 110.000 empleos.
"Se prevé una caída brusca en el empleo del sector y muy concentrada en los próximos meses", indicaron a Europa Press en fuentes de la patronal, que aseguran que las medidas anunciadas hoy por el departamento que dirige José Blanco constituyen el mayor ajuste de obra civil de la historia. La patronal teme también que esta reducción de inversión en la obra pública suponga la desaparición de empresas constructoras, "sobre todo de aquellas que no puedan encontrar nichos de actividad alternativos".