22 dic 2010

En la cola del paro (1)


Fito y los Fitipaldis con Extremoduro - Trozos de cristal



Conviene llegar temprano, y no acaparar más de un número, por favor.
Tienes que llegar antes de que abra la oficina (9,00), porque los números para ser atendidos se acaban en un santiamén y más porque algunos desalmados se hacen con más de uno. Dentro hay poco espacio, es la oficina de Capuchinos, cerca de la Plaza del Caballo. Allí comparten edificio el INEM y el SAE. El vigilante es un tipo simpático, trabaja para Vinsa, la empresa de seguridad de la Once, y sabe de todo. La gente le pregunta.

Y fuera el corrito es pura dinamita para esos periodistas que, apoltronados, nunca salen a la puta calle por si se les caen los anillos. Tienes que pasar una mañana con ellos, esperando tu turno, para enterarte de cómo está el patio de verdad. Lo demás son milongas. Creo que voy aprender mucho hoy.
El vigilante es la primera imagen que el nuevo demandante de empleo encuentra antes de irrumpir en las estadísticas que atormentan a Griñán y Zapatero. Dentro no hay aire acondicionado, el recinto es pequeño, agobiante, llueve con fuerza fuera y no queda más remedio que guarecerse. Una señora, con un teléfono rosa y cascos, sigue el sorteo de la lotería entre llamada y llamada, creo que a su hijo, que no se ha levantado aún de la cama el muy mamón .Varios olores corporales, alguna colonia fresca (una chica, que rellena con letra preciosa un impreso para pedir una renta, es lo último que le queda). Ha perdido su número y un alma caritativa, que tenía dos, le da uno que le permitirá salir antes de la oficina. La sonrisa es el premio.

"Hola guapa", le dice la señora del chandal, repeinada y esplendorosa jerezana sin maquillaje, graciosa. "Anda, tú por aqui", le dice la otra, muy resuelta, con documentos en la mano. La primera replica: "Hija, aquí es donde terminaremos todos, esto está fatal". Y sonreimos ácidamente. A nuestro lado varios hablan del sector de la construcción: "Oye ¿tú sabes como va Avisur?" Y el otro pone gesto de póker. Los premios de la lotería no terminan de salir, oye. Y tampoco para de llover. Dicen que tras un biombo hay un menda que te ayuda a tramitar todo esto por internet. Pero debe estar tomando un café, la verdad. En todo el rato no se le ha visto. Falta lo mejor. Pero eso lo dejo para la próxima crónica....Me subo a mi nube azul.