El presidente George W.Bush agrupó todas las agencias de seguridad un solo departamento, Homeland, y de pronto se autorizó a escuchar todas las conversaciones, la privacidad murió en las nuevas comunicaciones y los derechos civiles se fueron a tomar por culo ante el pretexto de la Guerra Global contra el Terrorismo en la que participó y aún participa España.
Anoche, viendo documentales en TVE (en La 2 y La 1), me volvía a quedar claro que no hay nada peor que la descoordinación, los celos entre aquellos colectivos que se encargan de nuestra seguridad. Y las dudas, muchas sobre los movimientos de algunos elementos peligrosos en la América de las libertades.
El atentado contra los Estados Unidos está lleno de incógnitas, como el nuestro del 11M, pero lo de las torres gemelas cambió las reglas del juego globales. Viví aquellas jornadas con la sensación de que, más tarde o más temprano pasaría algo cerca, que ese atentado no era el último. Durante días iba enganchado sin remedio a la radio, internet, la televisión, los periódicos. Es ahora uno de mis temas favoritos. Y lo siento mucho, por los de Nueva York y luego en Madrid. Me cambió la vida, para siempre.
(Gracias a Información Jerez por su análisis hoy: VER EN PDF)