Ya ven al pobre de Maragall (ahora inmerso en una gran lucha contra el Alzheimer y enormemente decepcionado con el señor de la Z), y al ingenuo de Pla, y a Rosa Díez (¿es verdad que los votos a su partido preocupan mucho a Chaves en Andalucía?). La vida pasa tan rápido, los acontecimientos se suceden y todo se descontrola tanto. Me preguntó ayer a mí, una persona que desde su poderosa atalaya nunca le ha tratado mal, mi opinión sobre su marcha del FMI. Lo que se de él, desde que me despedí en su despacho en 2o04, es que aprecia la felicidad. Leo todo lo que cae en mis manos sobre Rato, no he dejado de hacerlo desde que se fue de la torre gris de Cuzco. Y hablo con algunos, pocos, conocidos suyos. Creo que Rato se va porque quiere ser feliz. Lo digo por segunda vez en este blog. Y no creo que vaya a equivocarme. Un hombre tiene derecho a ser feliz. No sé lo que pasará en su futuro, simplemente les diré que creo que quiere ser feliz por encima de todo ¿ustedes no? El lunes ya quedará libre para fijar un nuevo rumbo en su vida.