Fuimos a St. Malo, cuando Rafael Román era presidente de la Diputación de Cádiz. Fueron días maravillosos en los que encontré muchas satisfacciones y amigos que no se olvidan. Selu, El Barrio, fue uno de los grupos que la embajada gaditana llevó a su ciudad hermana, y los Títeres de la Tia Norica, la agrupación folklórica Ciudad de Cádiz, hasta mi amigo Paco Carnota. Pillamos un pub de un gitano francés que fue nuestro cuartel general en las noches. Hoy Ramón Pradera, en A3TV (subiendo enteros en profesionalidad cada día) nos ha recordado que el éxito bien entendido empieza por uno mismo, comprender qué nos hace felices, sentirnos fuertes con nuestra gente, no vender tu alma al mejor postor. Al primero que llega con el talonario en las manos. Tengo un doble recopilatorio de El Barrio para llenar mis horas de coche, arriba y abajo por toda Andalucía, dando gracias a Dios por disfrutar de mi tierra. Yo colaboraba entonces en Diario 16 Andalucía, un periódico con orgullo hasta que cerró sus puertas y conservo aquellas crónicas, de los Gitanos de Jerez con Manuel Morao, en un viejo hotel que aguantó como pudo en la Segunda Guerra Mundial. Aquellas ostras en Cancale, puerto francés donde los atraques de la flota imperial española dejaron huella indeleble en los ojos de las niñas del pueblo, azules y verdes, tez morena. Tengo que volver pronto a Francia, la tierra que vió nacer a mi padre. Es una tierra donde la patria tiene sentido.