Será el día 23. He estado revisando el contenido de la Fiesta de la Vendimia y no solo no me parece mal sino todo lo contrario. El año que viene cerramos las calles del centro y montamos una fiesta del vino como las que se organizan en esos bellos pueblecitos de la ribera del Rhin. Porque, la verdad, Jerez nunca ha regado con vino sus calles con motivo de sus fiestas más genuinas, porque la pijotada de las Fiestas de Otoño eran eso, una pijotada, un quiero y no puedo. Ya que algunos bodegueros tienen el chip en el arranque de viñedos y dejar este negocio histórico, seamos nosotros los que encumbremos la segunda fiesta de Jerez (tras el caballo y las motos). Una fiesta en la que el vino, el desenfreno de Baco sea noticia y disfrutemos de todos los vinos (lo de llamarles caldos es una catetada) que se producen en las bodegas de Jerez. En Francia y Alemania se acotan las calles, se montan diversos tablados, mostradores y se sacan las mejores producciones a la calle. El visitante compra un catavino con la entrada al recinto acotado (varias calles del centro) y protagoniza su ruta vinícola, comiendo, bebiendo y comprando los vinos que le gustan. Eso, que he visto hacer con éxito, se puede hacer perfectamente en Jerez. Ya sé que este año no ha habido mucho tiempo para promocionarla, pero todo es perfectamente mejorable y este año los jerezanos seremos los primeros en catar el producto, en decidir si nos gusta o no. Pero de ahí a crucificar a la delegada de Cultura, Dolores Barroso, hay un trecho, pero como andamos en plan cainita, aprovechando a los que quieren restar y no sumar a esta ciudad, así nos luce el pelo, señores. Me gusta el programa y el día 23, llueva, truene o haya un tiempo de puta madre, estaré (si Dios quiere, claro) en la Alameda Vieja, con TEQUILA, TNT (antes 091) y LOS DELINQUENTES. En ese recinto en que se me fueron algunos de los mejores momentos de mi vida con aquel Concurso de Pop y Rock Alcazaba, los festivales de verano. El tiempo no me ha cambiado, excepto lo justo, he aprendido tanto en estos años, y espero ver, encontrarme, emborracharme y descontrolar con todos aquellos que siguen teniendo alma rebelde y nos tomaremos otra por lo que no están ya, como mi añorado amigo Diego Padilla. Lo que habría dado por hacer un programita con él, o haberlo fichado para la emisora que llevo en mi corazón y que dos cabrones han impedido que llegue a crear, uno en Cádiz y otro en Jerez. Que les den.
Os dejo las dos versiones de la misma canción (por cierto usada por ZP en sus mitines). Hay veinte años de diferencia. Por cierto, que será la segunda vez que venga Tequila a Jerez. La primera, con un puñado de buenos amigos, les traje yo a la Discoteca Cisne. No es por nada.