Activistas de Greenpeace han desplegado una pancarta con el mensaje “Climate fraud, funded by big oil” (Fraude climático financiado por las grandes petroleras) frente a las oficinas del Instituto del Petróleo Americano (API, en sus siglas en inglés) en Washington. Junto a la pancarta han colocado logos de Exxon Mobil, Shell, BP y Chevron, los gigantes del petróleo en Norteamérica. El origen de la protesta se encuentra en los planes secretos de estas empresas de utilizar personal contratado por ellos para que se hagan pasar por ciudadanos preocupados por las medidas que el gobierno de Obama pueda tomar para paliar el cambio climático. Según la organización, con estas medidas las petroleras estarían financiando una campaña basada en crear una falsa opinión pública contraria a la lucha contra el cambio climático.
En un documento del API, filtrado a Greenpeace la semana pasada, se anima a los directores ejecutivos de algunas de las mayores empresas petroleras del mundo a “ordenar a los mandos de su empresa que apoyen con fuerza la participación de sus empleados en esta campaña”. El Presidente del API, Jack Gerard, avisa en el documento de lo “sensible” de su contenido argumentando que “no queremos que nuestros críticos conozcan nuestra estrategia”. En lo que va de año la industria petrolera estadounidense, junto con la del carbón y el gas, han empleado más de 82 millones de dólares en realizar lobby corporativo contra la legislación sobre cambio climático.
Greenpeace lanzó ayer una ciberacción a los directores ejecutivos de las grandes petroleras pidiéndoles que manifiesten públicamente su distanciamiento con la campaña del API y se comprometan junto con los países industrializados a reducir sus emisiones un 40% para 2020 sobre los niveles de 1990. Asimismo, Greenpeace está pidiendo a los gobiernos que se comprometan a invertir 140 mil millones de dólares anuales en los países en desarrollo para que se adapten a los primeros efectos del cambio climático, se comprometan para luchar contra él y paren la deforestación.