19 oct 2009

Gestoras del hogar

Nada de chachas, ni de chicas del servicio, ni de 'domésticas', tampoco asistentas, las valiosas mujeres que sacan adelante su vida trabajando en casas ajenas serán "gestoras del hogar". El sector andaluz del empleo doméstico ha sido el único, junto al agrario, que ha incrementado el número de afiliados a lo largo de los últimos doce meses, con una subida del 0,39%, lo que contrasta con la contracción general de la Seguridad Social, del 4,51%.
Estos datos apuntan hacia un sector que resiste a la crisis, lo que demuestra su elevado potencial dentro del mercado laboral, según destacó hoy el consejero de Empleo, Antonio Fernández, en el transcurso de unas jornadas sobre el empleo doméstico, organizadas en colaboración con la Fundación Forja XXI. Antonio Fernández apostó por impulsar paulatinamente desde las administraciones el trabajo doméstico como un empleo, especializado y profesional, con una formación homologada y con unas relaciones laborales reguladas, e incluso abogó por cambiar su denominación hacia gestión del hogar.
Según explicó el consejero, los cambios sociales acaecidos en las últimas décadas, como el aumento del número de personas en situación de dependencia o la incorporación de la mujer al trabajo, han dejado al descubierto una serie de necesidades sociales que tradicionalmente cubría la familia, y que cada vez más pasan a ser actividades mercantilizadas.
Además, estas tareas están siendo ocupadas por nuevos grupos sociales, como mujeres mayores que se incorporan al mercado laboral por la necesidad de incrementar la renta laboral o las mujeres inmigrantes. Según los últimos datos del SAE, el 95% de las personas demandantes de empleo en la ocupación de empleado de hogar son mujeres, y el 56% son mayores de 45 años.
El consejero consideró que el empleo doméstico puede llegar a ser "un importante pilar de la sociedad del bienestar", ya que contribuye al bienestar familiar y aporta renta y riqueza. Por tanto, abogó por marcarse como reto para las administraciones públicas la profesionalización de este oficio, a través de una formación específica y homologada y una regulación y vigilancia de las relaciones laborales.