Es la pregunta tabú en el PP:¿Y si Rajoy tira la toalla y vuelve a su trabajo como registrador de la Propiedad? Hombre, ganaría en tranquilidad (se le ve un poco desmejorado), su familia se lo agradecería mucho y, con tiempo, daría ídem al PP para recomponer sus huestes, buscar un líder o una lideresa que deje con la cara desencajada a Zapatero y ganar las elecciones por mayoría (aunque no sé si debería ser absoluta, no lo tengo tan claro). Un proceso abierto de debate sobre el modelo de partido, su estrategia, objetivos y un cronograma que culmine en un congreso extraordinario. Lo más rápido posible porque la gente necesita soluciones serias ante la que tenemos encima. La gente practica la economía de guerra para sobrevivir y hay muchos valores que están quedando en el camino ante necesidades básicas.
¿Cabe otra solución? Quizás, pero depende de los reaños de Rajoy. Este domingo, tras moldear con sus manos el cuajo de un buen queso ‘payoyo’ en Grazalema, tuve a tiro al presidente del PP. Y no sé si los corrillos se practican mucho por parte de Rajoy, si sus cualificados y elegantes asesores/as le dejan, pero me quedé con la impresión de que no hay nadie como él, beneficiario de aciertos y responsable máximo de errores (eso es un líder), para explicarle a un periodista lo que está pasando en España y en su partido. Rajoy no quiere que le escriban la hoja de ruta. Normal, porque hay que ver la cantidad de presidentes del Gobierno que pueblan las redacciones, cuanto director desaprovechado como político.
Rajoy debe sentirse como Don Quijote cuando, una y otra vez -pese a inundar las redacciones de notas de prensa- no encuentra el eco esperado y sus mensajes se quedan en el limbo de las redacciones (me refiero a las papeleras virtuales).