5 sept 2010

El delicado ejercicio de la buena política



No conozco en persona a Wayne Jamison, aunque sí lo tengo en el Facebook, pero es un valiente que escribe sobre cobardes. Cuando en La Voz de Cádiz me dijeron que sería el responsable de la edición de Jerez me alegré. Me habían llegado comentarios sobre él y creo que no andaban descaminados. Hoy ofrece un excelente articulo de opinión sobre la despreciable maniobra que un personaje siniestro -que conspira con periodistas dóciles en La Moderna gracias a su tiempo libre- ha desarrollado sobre un político local. Y también otro sobre la realidad socialista local. Una perfecta radiografía y diagnóstico. (Ver La Voz)

Diario de Jerez ofrece la optimista visión -cuyo equipo de comunicación vendió tan mal en tiempos claves- de la alcaldesa de la ciudad sobre lo que viene. Es una lástima que no pueda acudir al desayuno informativo que ofrece el jueves. Tengo algunas preguntas en la recámara. "Ocho meses de cuenta atrás" lo firma Paco Sánchez Múgica. Casi un embarazo. La regidora quiere que sus quince ediles trabajen hasta el final, 22 de mayo, como si nada pasara, pero debe ser difìcil digerir que te dejarán en la cuneta y sonreir hasta tu fecha de caducidad. Cosas de la política. (Más en DJ)

Su director, David Fernández, acierta en su comentario sobre el desastre de la Feria de la Vendimia: "Han empezado las Fiestas de la Vendimia y muchos jerezanos -qué vamos a decir de los que viven fuera- aún no conocen la oferta cultural y de ocio que les espera. No es que no se respire un ambiente festivo en la ciudad, es que no existe". La verdad es que desde que Casto Sánchez y Pedro Pacheco se cargaron la Fiesta de la Vendimia, nada ha vuelto a ser igual.

En Jerez hemos cambiado el caballo por la uva, despreciando uno de nuestros grandes valores económicos y culturales. Tengo claro que los mayores enemigos del Marco de Jerez están en Jerez. Les importa un pito que se arranquen viñedos, que perdamos el perfil industrial bodeguero, que nuestra cultura vitivinícola termine en las alcantarillas. Al paupérrimo verano que hemos tenido en Jerez -aburrido de cojones y ovarios- se une ahora el triste panorama de unas fiestas venidas a menos.