12 nov 2010

La tormenta perfecta

ANÁLISIS eE.-El sueño de Manuel Chaves, continuado a duras penas por Pepe Griñán, se ha malogrado. Andalucía va camino de perder un liderazgo financiero de forma clamorosa si cuaja la fusión fria de Cajasol con Banca Cívica, integrada por CajaCanarias, Caja Navarra y Caja de Burgos. Nada de supercaja andaluza. Para contentar a los críticos se dice que el domicilio social estará en Sevilla pero nada se comenta de la sede operativa y otros parámetros básicos. Es otro cantar. Ahora se explica la amena conversación esta misma semana en Sevilla, del presidente de Cajasol, Antonio Pulido, con el presidente del PP, Mariano Rajoy. 


Hay una evidente falta de coraje, de capacidad, de peso por parte de la Junta de Andalucía en todo el proceso y, en especial, de PSOE pero también del PP.  La fusión entre Cajasol y Unicaja se ha hecho imposible por la ambición política, el localismo de dos provincias antagónicas -Sevilla y Cádiz- y la ausencia de una estrategia andaluza, sin colores. Cajasur en manos de BBK, Cajasol de parranda financiera con cajas de enclaves lejanos y colores políticos variados. Si Arenas es presidente de la Junta, como barruntan todas las encuestas, se dará cuenta del error cometido.

Y Braulio Medel, ciertamente, está ahora algo circunspecto. Unicaja se quedaría sola, sin pareja, sólida pero entera. Se salvó del desastre que le querían imponer en primera instancia. Si hubiera absorbido CCM la digestión habría estado a punto de provocarle una úlcera letal. Luego, la cuerda se rompió de tanto tensarla en el proceso de Cajasur, malogrado por la pésima tutela de la Junta y la ausencia de generosidad política por parte de todos los partidos. Los curas eran los enemigos a batir. Y fueron batidos, pero la venganza se sirvió en plato frio aunque fuera pecado.

Cajasol, con su opaca y desastrosa política de comunicación, ha venido invirtiendo estos meses en publicidad institucional con gran generosidad. Y eso sin contar el peso que ya tiene en el primer grupo editorial andaluz. Ya se sabe que la cosa está canina y que los balances de resultados de los medios reciben alborozadas ingresos de páginas a buen precio. Pero eso no impedirá que se termine contando la realidad de sus cuentas, sus compromisos, sus luces y sombras. Los talones de la publicidad no son eternos.

Nadie tiene el informe de situación que hizo el Banco de España, redactado por uno de sus directores generales. Parece que recomendaba el tomar decisiones drásticas o continuar con su proceso de fusiones tras el 'aperitivo' de Caja Guadalajara. Fuentes sindicales aseguraron que el ajuste de plantilla afectaría a 1.000 trabajadores. El Banco de España resaltó en su informe conceptos como "eficiencia, plantilla y dinamización del negocio financiero". Al cierre del primer semestre de este año, los gastos de personal de Cajasol superaron en 24 millones de euros a los de Unicaja, con plantillas casi idénticas. Medel gana frente a Pulido. Pero ¿sirve eso de algo al final?

Y todo esto sucede cuando aún está reciente el varapalo a Pulido y Cajasol por parte del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que ha desestimado la demanda de El Monte (hoy Cajasol) contra José Selfa, ex director de sus Empresas Participadas, a quien reclamó 1,9 millones de euros por las supuestas pérdidas en la venta de una participación inmobiliaria.

José Selfa, que trabajó como director de Empresas Participadas de El Monte entre diciembre de 2002 y agosto de 2006, fue demandando por los supuestos daños y perjuicios derivados de lo que Cajasol denominó actuación "gravemente negligente" en la venta de las acciones de la empresa El Soto de Paniagua, con varias promociones inmobiliarias en la provincia de Cádiz. 

Griñán está preocupado y es normal. Su equipo de Economía y Hacienda, los consejeros Antonio Ávila y Carmen Martínez-Aguayo, demasiado recluidos en sus oficinas de diseño, han demostrado ser incapaces de fijar un rumbo en este proceloso mar de las fusiones de las cajas. Ambos, con Griñán al mando de la nave, se encaminan hacia la tormenta perfecta. El mapa se hundirá en el fondo y los andaluces bien informados no dejarán de pensar en las razones por la que Andalucía no levanta cabeza.