
Cuando los miembros del Congreso de los Estados Unidos aprobaron la ley Que Ningún Niño Quede Atrás (No Child Left Behind, NCLB por sus siglas en ingles) en 2001, incluyeron una provisión que requiere que las escuelas secundarias públicas entreguen la información privada de los estudiantes a los reclutadores militares o arriesgarse a perder fondos federales. Según la ley NCLB, las escuelas secundarias públicas deben dar información sobre los estudiantes a reclutadores a menos que los padres pidan lo contrario en forma escrita. Los reclutadores utilizan ésta información, que incluye nombres, direcciones, y números de teléfono, para reclutar individualmente a estudiantes con llamadas telefónicas y visitas.