Estados Unidos ha creado una base de datos, que podría ser ilegal y que incluye información de 30 millones de jóvenes, de edades comprendidas entre los 16 y los 25 años, incluyendo nombres, direcciones, correos electrónicos, teléfonos móviles, etnia, números de la seguridad social, actividades extracurriculares y área de estudio. Lo denuncia una web llamada "Dejen a mis chicos en paz" (Leave my child alone). Ya han sacado de esa lista a 34.000 jóvenes con ayuda de expertos, juristas y veteranos de guerra. Hay una versión de la web en español.
Cuando los miembros del Congreso de los Estados Unidos aprobaron la ley Que Ningún Niño Quede Atrás (No Child Left Behind, NCLB por sus siglas en ingles) en 2001, incluyeron una provisión que requiere que las escuelas secundarias públicas entreguen la información privada de los estudiantes a los reclutadores militares o arriesgarse a perder fondos federales. Según la ley NCLB, las escuelas secundarias públicas deben dar información sobre los estudiantes a reclutadores a menos que los padres pidan lo contrario en forma escrita. Los reclutadores utilizan ésta información, que incluye nombres, direcciones, y números de teléfono, para reclutar individualmente a estudiantes con llamadas telefónicas y visitas.