Bueno, las vacaciones se acaban para unos y comienzan para otros. Algunos están de vacaciones perpetuas porque no encuentran trabajo. El curso parlamentario está a punto de comenzar y creo que no debemos pasar ni una a esta clase política que, en ocasiones, actúa como si no existiéramos los electores, como si fuéramos estatuas en el jardín botánico (preciosa canción, por cierto). Creación de empleo, debates políticos dignos, medidas reales y consensuadas contra la crisis, responsabilidad plena y valiente en asuntos de Estado. No será posible, por mucho que Rajoy se haya creído que bajo un manto de bondad y sonrisas en el PSOE le van a dar más cancha mediática. Las elecciones en Galicia, las europeas, esta gente nos seguirá contando milongas. No les dejemos, usemos todos los medios a nuestro alcance para hacerles ver la realidad, para sacarles a la calle a pasearse a cuerpo y respirar la crisis, a hacer la compra con nosotros en el híper, repostar poquito en la estación de servicio, y encoger el culito porque la cosa está difícil. No les dejemos que nos sumerjan en ese submundo de periodistas y políticos. Irreal. Y sé de lo que hablo, afortunadamente y desgraciadamente. Por eso me entienden.