La persona que posiblemente sea el próximo director de Comunicación del Ayuntamiento de Chiclana (que coordinará un ambicioso plan de comunicación en prensa, radio, internet y tv) -una vez se consume la moción de censura- está muy al tanto de muchos asuntos, de procedimientos, razones de una eventual demora, etcétera, según me cuenta una garganta profunda, bien informada habitualmente en la bahía del mamoneo. Hablando de cambios, parece que ha entrado con muy buen pie en Chiclana el nuevo delegado de Diario de Cádiz, Fernando Melero, que sustituye a Diego Martínez. Por otra parte, un grupo de activistas está preparando una publicación digital que saldrá a la luz, si nada falla, coincidiendo con el que más que previsible cambio de gobierno. La batalla en la red está servida, con todos los avíos. No les cuento los ardores de estómago que provoca en la clase política de El Puerto de Santa María la publicación digital Puerto Harto. Y lo que se echa en falta en Chiclana es el pronunciamiento claro del movimiento ecologista, que tanto ha luchado por la transparencia. Ni parpadean ¿será que alguien se ha quitado ya la chinita del zapato y anda a las mil maravillas sin ella? Alguna razón tendrán para tanto silencio ¿no? ¿O preparan una rueda de prensa morrocotuda como se comenta por algunos mentideros de la izquierda oficial?