25 oct 2005

Trafalgar y la batalla contra el fraude fiscal en España


Comentario de OPINIÓN.
Por Eduardo Carmona (Gaditano resignado):

Como todos sabéis, en estos días se está conmemorando el bicentenario de la batalla de Trafalgar, que acabó con las expectativas marítimas de España y contribuyó a la supremacía del Reino Unido sobre los mares y océanos en los siglos venideros.

La inmensa mayoría de los eruditos e historiadores que estudiaron el devenir de la contienda, coinciden en dos aspectos básicos que resultaron trascendentales para la pérdida de la batalla por la flota combinada.


1º) La virada por redondo de la escuadra franco-española, que convirtió a la vanguardia en retaguardia y que generó “huecos” muy peligrosos en la formación.

2º) La escasa experiencia de la marinería. enrolada a toda prisa y sin la formación adecuada.Pues bien, doscientos años después, el Gobierno español (en este caso, el PSOE) y sin la excusa de un almirante extranjero como Villeneuve, va a volver a perder una batalla trascendental para el futuro de nuestro país: La batalla contra el fraude fiscal.Y lo que es aún más inaudito, cometiendo los mismos errores que hace dos siglos.

Me explico.

A principios de este año, el PSOE en boca de su portavoz de Economía y Hacienda, Sr. Solbes, anunció a bombo y platillo, la creación de una Policía Fiscal, encargada del descubrimiento y persecución de los delitos monetarios y económicos, relacionados con los grandes defraudadores, el blanqueo de capitales y las tramas organizadas.VIRADA POR REDONDO en junio de 2.005. El proyecto de creación de una Policía Fiscal pasa a la retaguardia, siguiendo instrucciones –esta vez, sin banderas – de almirantes desconocidos y volviendo a generar “huecos”muy peligrosos por dónde pudieran infiltrarse, capitales de dudosa procedencia.

En lugar de enrolar en la batalla contra el fraude fiscal, a personal con la experiencia y eficacia demostrada en una lucha sin horario (léase, Servicio de Vigilancia Aduanera), nuestros gobernantes, en un alarde de estupidez, desechan la formación y el coraje de unos funcionarios con ganas de batirse en combate contra el enemigo fiscal y reclutan entre sus filas a voluntarios bienintencionados, que sólo arman sus cañones de 8 de la mañana a 3 de la tarde.

Segundo y craso error, ya sufrido en la famosa batalla ¿De qué nos sirve, pues, la historia?.
ESTA VISTO QUE EN ESPAÑA, SOLO PARA CONMEMORARLA.